martes, octubre 20, 2009

Depeche Mode, Buenos Aires, 17 de Octubre.

A fuego lento, el vapor de una olla popular sintetizada comenzaba a emanar sus primeros aromas...

Una jauría de ondas paralelas saludaron al publico, luego de 15 años, Depeche Mode volvía a tocar en Argentina y esas primeras fragancias sinusoidales se movían tratando de acomodarse entre las ansias y la agradable sensación de estar reencontrandome con viejos y grandes amigos, es In Chains y el perfecto inicio del recital.

Con la inacabable energía de una estrella de rock que jamas envejece, como un Peter Pan apasionado y exhibicionista, Dave Gahan comenzó a hacer su inigualable juego mientras que las inquietas y agridulces rafagas electricas eran disparadas desde las minuciosas guitarras de un siempre brillante Martin Gore. Y apoyados en una fibrosa base rítmica a lo largo y ancho de la precisa lista de temas, comenzaban a marcar con un trazo fuerte su ya reconocida fe tecnológica, retorcida y popular.

En una escalada emocional de lento degrade, las canciones fueron afirmando los bordes, volviendo mas nítido su imperecedera impronta de fantástico cancionero, modulando la temperatura del desafortunadamente protagonista publico. Desplegando con una claridad absoluta su repertorio tan vigente como autoctono, escribiendo su nombre en alta definicion en los canones de la cancion, producto de atemporales estribillos y una hiperquinetica búsqueda sonora, siempre lucen frescos. Dejando el espacio que solo puede ser ocupado por ellos mismos.

Hubo tiempos en las alturas del rock con canciones como A question of Time, Miles Away, I feel you y/o el eterno Personal Jesus. Momentos de adrenalina de un lado hacia el otro, con una cuidada crudeza de experiencia y tecno'n'roll.

Un pequeño lugar para un pasado algo oculto con la escueta esperanza sampleada de Fly on the windscreen.

Parte del todo, su lado sutil, el que siempre es iluminado por las canciones cantadas por Martin Gore. Las de tempo disminuido con alta posibilidad de emocionales cadencias melodicas. Ahi estuvieron la bossanova de un lupanar futurista que es Jezebel, la siempre conmovedora Home simplificada con piano y voz y esa eterna balada acurrucada que es Somebody. Mojon temporal en escala de temas sacude mi plexo.

Al calor de las masas, una llamarada de resonantes estribillos sin edad fue completando el gran show : Policy of Truth, Enjoy the silence, Never let me down, Stripped, Behind the wheel, In your room... fueron ordenados en esa cosmologia que reúne grandes canciones, vigororosa perfromance, sutilezas emotivas, recuerdos a granel, brubujeos eléctricos, filosos arreglos, pasiones divergentes y una notable confirmacion de su intacta escencia. Depeche Mode.

3 comentarios:

Laura dijo...

Muy buena crónica, felicitaciones!

Guille dijo...

gran cronica popular y tecnologica. no le falta dato ni adjetivo. fue como haber estado ahi, pero nada que ver.

FloR dijo...

Excelente crónica, realmente fiel...
¡Ahora me dan ganas de ir de nuevo!
¡Qué bueno poder decir "yo estuve ahí"!