viernes, septiembre 10, 2004

La diáspora ocular

Por un lado es viernes, pero por el orto.
Claro, es fácil. Es como que venga alguien y trate de hacer ingresar xul solar en mis ojos, es imposible. Y es imposible no porque no haya gente de pestañas tomar, sino porque el peso específico está mas específico que nunca.
Y a colación de todo uno tiende a no querer hacer mas nada que darse un saque de almohada y soñar con los mejores programas-omnibus de los 80, porque los de ahora son una bosta.
Porque y si encima venís y me decís que es viernes mi piel es una colcha. Porque el café no entra por los ojos sino que estos bajan a tomar agua con el camello.
Entonces, como les venía diciendo y como para no perder el hilo, estoy esperando a que falte mi jefe y tengamos hora libre. Juro que quiero que pasen lista y luego me voy a la mierda. Me tomaría el diferencial del 146 y soñaría cosas breves.
E imprimiría este texto y hoy por la noche, cuando mis ojos den un paso al costado, lo leería y diría: tomá!!, tomá (haciendo un suculento corte de manga bien criollo)!!!!, tomá!!!". Amen. Eimen.
Mi reino por un vaso de sueño cumplido o una tacita de sabanas recién limpitas y perfumadas por la amable gente de Marva.
Y será miel y leche cuando toda este calvario, esta vía crucis, se haga a un lado y de lugar a la paz, a la entrega total, al sueño maestro (del original: master).