sábado, febrero 02, 2008

Otorrino Pesadilla de Hogares Pasados

Mis oidos sangran dolores rojos cuando trago la saliva que se fue secando bajo la sombra del otoño del aprecio.
Inevitables faringes se debilitan con la espera, el diminutivo antagonico, los clavos, la concha, la puta y la ballena, la casa, los ojos, los trapos y el sol.
Antiviaticos vencidos y feos caramelos intentan quitar las placas de flores, las paredes y el techo, la gata y la paga, la pena y la peninsula.
Me retiro a por mi alivio y respiro, rutas terceras, segundos afuera, mar a mis costados, piramides galesas con vientos y travesuras.
Por la noche estrellas, lunas y arcilla.
Chau, hasta la proxima cuota.