viernes, junio 04, 2004

Sabías que me haces acordar a un Ford Taunus Ghía y nunca te lo había dicho?

Dos días fui cabezón de rulos contorsionados en ferviente caos: Cuando era chiquito y ahora, que estoy bastante velludo. En el medio, un sexy mediodía sacudía distintas cabelleras.
A los extremos se atan los cabos y en la rabia cabezona puedo sazonar un concepto bastante peculiar: Muchos frentes de coches pueden ser traducidos a rostros humanos.
No es momento de aislar nuestras efervescentes certezas. Hace ya décadas que pienso en lo mismo. Es momento de seguir igual.
Ajustar la mirada, afinar el desintelecto y ver, donde hay un Peugeot 504, una cara dientuda pero orgullosa; una cara confiada y superada. Una cara Darín.
Llego hasta pensar que mis primeros recuerdos no se tratan de cuestiones familiares típicas de un cabezón, sino que son las asociaciones directas entre una marca de vehículos y el rostro registrado de ricardito darín o similares.
Ayer me llevaban adelante y a upa y desde entonces que el Citroen Grillo no es mas que un sucio Hippie. Anteojos Lennonescos, flaco y fumador de cigarrillos Jockey; lector apasionado de la revista Humor.
Y había una vez en que había un coche que se llamaba Falcon. Y había otra vez en que había un Falcon mas viejo. Eso pasó antes que lo primero.
El zeide, el nono, el grandpa, el calvo y obsoleto anciano tiene anteojos con mucho carey. Al pedo porque casi ni ve. Dientes beige e historias con nietos.
Me dejo 5 segundos para el presente y todo se lo llevó Menem, no quedan caras familiares, se lo han pungueado todo. No dejaron ni las patillas de los anteojos. No puedo ver, frente a mis ojos, las lineas faciales de un rostro bien transmitido (feedback kielov-coche, coche-kielov). Hoy todo es la misma matriz plástica de Moria Casán u Oggi Junco.
En el presente no te veo, es hora de que me corte el pelo.