viernes, noviembre 11, 2005

Divendres

Hoy comprenderé que este es el último de una finita continuidad de días marcados por su inevitable y circular desenlace: viernes de pippo mansera.
Viernes de solcito que acicala la mecánica del obsoletismo y la mercadotecnia laboral del forense que lo único que hace es banbolearse con sexo y cocaína.
Dejando al forense de lado, rompo el miedo que genera enfrentar al verano venir y comprenderé hoy que todavía es primavera y que yo cumplo años en primavera así como se alarga el bienestar al apoyar la mejilla frente a la caricia de febo, fedra y fifí.
Esto es este llanto de alegría el que me hace escribir esta magnífica carta en nombre del célebre acto de celebrar los actos. Esta.
Hoy chillaré y andaré con los huevos vestidos de gala, y con la boca que sabe a mar y a cabernet, cuyo nick es viernes, venus y un viva la pipa.
Porque la mosheja de la semana es hoy y necesita la salsita que le quite la grasita que tiene.
Viva hoy.

miércoles, noviembre 09, 2005

Me sentaría en mi avatar

Con rancio temple, la luna, mas virgen que suicida, se ríe de mí y no conmigo y los poros de las grietas de mi triste tortuga se llenan de viruta.
Me sentaría en mi avatar para pensar en la posibilidad de sentarme frente a una gigantesca maquinaria metálica para accionarla con maldad. Un sin fín de botones, perillas y palanquetes presionados y movidos a pura furia.
Pero con los ojos apenas entreabiertos puedo distinguir que todavía sigo estando sentado bajo el mismo y santísimo fluorescente tubo. Pero con mas viruta y más ríspidas cavidades, lleno de lagartijas que se rompen, se quiebran y se van sin siquiera sangrar. Porque no hay lagartijas, porque es un día viejo y arrugado, choto.
Es un día.
Choto.
Bien Choto.
Choto de mierda.