Hoy comprenderé que este es el último de una finita continuidad de días marcados por su inevitable y circular desenlace: viernes de pippo mansera.
Viernes de solcito que acicala la mecánica del obsoletismo y la mercadotecnia laboral del forense que lo único que hace es banbolearse con sexo y cocaína.
Dejando al forense de lado, rompo el miedo que genera enfrentar al verano venir y comprenderé hoy que todavía es primavera y que yo cumplo años en primavera así como se alarga el bienestar al apoyar la mejilla frente a la caricia de febo, fedra y fifí.
Esto es este llanto de alegría el que me hace escribir esta magnífica carta en nombre del célebre acto de celebrar los actos. Esta.
Hoy chillaré y andaré con los huevos vestidos de gala, y con la boca que sabe a mar y a cabernet, cuyo nick es viernes, venus y un viva la pipa.
Porque la mosheja de la semana es hoy y necesita la salsita que le quite la grasita que tiene.
Viva hoy.
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