
Inevitables faringes se debilitan con la espera, el diminutivo antagonico, los clavos, la concha, la puta y la ballena, la casa, los ojos, los trapos y el sol.
Antiviaticos vencidos y feos caramelos intentan quitar las placas de flores, las paredes y el techo, la gata y la paga, la pena y la peninsula.
Me retiro a por mi alivio y respiro, rutas terceras, segundos afuera, mar a mis costados, piramides galesas con vientos y travesuras.
Por la noche estrellas, lunas y arcilla.
Chau, hasta la proxima cuota.